Primera cita con el mar... desastre total

Son mis primeras vacaciones con el título superior de mamá, y he descubierto, no sin esfuerzo, que no existe tal concepto, no con un niño de 1 año que es puro nervio...

Para empezar, olvidémonos de la playa, ayer fue el primer día que los rechonchos deditos del cachorro tocaban la arena y la respuesta inmediata fue un llorar desconsolador, comprobé que no había sido casualidad, y efectué de nuevo el estímulo con idéntica respuesta... El cachorro no quería ni un grano de arena pululando por su piel, así que aupé al nene que se enganchó cual Koala y lo llevé al mar.

Lo primero al entrar en el mar fue una cara de limón al probar un chupito del agua, seguido de lloriqueos al experimentar que las olas son altamente imprevisibles... Pocos minutos después, su paciencia se agotó de nuevo y en su propio idioma particular pidió amablemente ser sacado del agua y ser puesto a cubierto a salvo de agua salada, algas y olas, terminando por dormirse felizmente en su carro ajeno a toda esa locura de sal y arena.

Así que de momento estamos recluidos en el apartamento, que afortunadamente tiene piscina, y volveremos a realizar un segundo intento de mar antes de volver a casa...

Continuarà...

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Hoy acudo al blog como forma de deshago, he venido y me he sentado al ordenador aprisa, nerviosa y rabiosa, con una imperiosa necesidad de soltarlo todo; ni siquiera he saludado, mea culpa !!

Dos acontecimientos marcan esta entrada repentina, que hago sin pensarla mucho, según van saliendo mis palabras, aquí las plasmo...



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Cambios importantes cuando te conviertes en mamà, por ejemplo, mi bolso

Si hay una lista de cosas que cambian con la maternidad, una de ellas es, sin duda, el bolso de mamà.

Cambia de tamaño, sea cual fuere su talla anterior, ahora es tamaño XL.

Cambia el número de bolsillos, que pasan a ser el doble ¿Donde guardas si no el chupe, los pañuelos, las toallitas...? Tambièn cabe la posibilidad de que este dato no se cumpla y estè tooooooodo bien mezclado dentro del bolso.

Cambia la forma de llevarlo; la posición correcta es aquella que permita coger al niño y que no se caiga el bolso, olvídate posiciôn sólo sobre un hombro.... el estilo bandolera se instala con fuerza.

Pero sobre todo... ¡¡ cambia el contenido !!

En mi caso:

- He cambiado el mechero y el tabaco por el chupe y la cadena

- Las tarjetas de copas gratis y bares nuevos por las de tiendas y marcas de peques.

- El llavero es el doble de grande... ¿Por que? Resulta un excelente juguete en caso de aburrimiento supremo.

- Los pañales son indispensables, ocupan mucho, sí, pero dan un muy inestimable servicio.

- El juguete de emergencia (no muy grande) del cual tu hijo pasa olímpicamente porque se lo sabe de memoria y prefiere jugar con un tampax.

- El cacao de labios a desaparecido, en su lugar, la crema de culito escocido.

- Los pañuelos que, por cierto, sólo sirven para entretenerse, porque si intentas limpiar cualquier cosa de la que se manche tu hijo con pañuelos no húmedos, descubriràs cuan remostosos pueden llegar a ser los peques.

- Ahora que es un trasto, un spray anti chichones resulta de lo màs pràctico... Por cierto, recièn descubro que existe algo así, me he quedado alucinada

- Un cambio de ropa de repuesto;parece una tontería, pero resulta de lo màs útil ante accidentes para los cuales las toallitas se quedan cortas.

Vamos, que mi bolso parece el de Mary Poppins.................... ¡¡ CLARO !! ¡¡ AHORA LO ENTIENDO !!